Ya había dicho yo que quitarse de en medio es muy difícil, tratar de no controlar lo que «deben» o «tienen» que aprender o hacer es todavía más. En mi cuarto año homeschooling cambié nuevamente mi enfoque, dejamos de ser unschoolers, bueno, un poco.
Voy a empezar por comentarles acerca de mi segunda niña, hasta ahora ella solo ha conocido la libertad de trabajar con los materiales, los cuales siempre estaban a su alcance en el momento en que ella los decidiera utilizar; para ella era jugar, no tanto el «aprender».
Como cualquier niño de esa edad dibujaba y coloreaba, y aprendió de letras y números, pero no mostraba interés en leer.
Noté, durante algunos meses, que a sus seis años no pronunciaba bien muchas palabras, a veces no entendía lo que se decía, no comprendía las rimas, olvidaba los sonidos de las letras (que ya sabía), olvidaba la secuencia de los números o días de la semana, no comprendía el concepto de ayer y mañana, pasado y futuro, izquierda y derecha, etc.
Siguiendo mi instinto empece a leer e investigar acerca de las diferentes dificultades en el proceso del lenguaje, poco a poco compare «síntomas».
Toda esa búsqueda me dirigió a la página de Susan Barton hablando acerca de lo que es la dislexia, y parecía como si estuviera describiendo mi niña. Caigo en cuenta que puede ser disléxica, como su papá, así que me enfoco en aprender todo lo que pueda acerca de la dislexia.
Varios libros y programas después me decidí a comprar un programa de lenguaje para enseñar a los disléxicos a leer más fácilmente. Y empecé a darle las bases del inglés; poco a poco ella va mejorando y captando la lectura, y es un yeeeaaahh! palmadas en la espalda para ella y para mí.
Contrario a lo que mucha gente pueda pensar, la dislexia no es una incapacidad, es solo el cerebro aprendiendo y trabajando de manera diferente. (¿Qué es la dislexia?)
Con ella me tengo que enfocar en su lectura primero. En todo lo demás (que es secundario en estos momentos) ella aprende mejor cuando alguien más le lee y después se charla sobre lo que se leyó, también aprende en el internet con videos y con juegos.
Si mi niña hubiese estado en una escuela tradicional quizá me la hubieran catalogado como lenta, tonta, floja o distraída, o con síndrome de hiperactividad (que está de moda), y me pregunto cuántos niños habrá a los que se les está negando aprender en la manera que ellos requieren y que, por lo tanto, ya están etiquetados y seguramente con una baja autoestima.
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En fin, ahora toca mi niña mayor.
Al estar investigando acerca de los diferentes programas de lenguaje para la menor, me desviaba y buscaba también para la mayor.
Tengo que confesar que al no seguir un plan o programa específico y al leer comentarios y criticas de estos programas haciendo maravillas con el aprendizaje, me entraron las dudas de si está aprendiendo lo «adecuado», y sentí la necesidad de dirigir y buscar programas, por lo menos para lenguaje y matemáticas, materias a las que se les da mucha importancia para medir y comparar la inteligencia en los niños.
Como ya sé de su personalidad y estilo de aprendizaje me dije: «voy a conseguir un tipo de programas que le gusten». Y así lo hice, con la mejor de las intenciones (los padres estamos llenos de ellas).
Ya con los programas yo le señalaba el trabajo a realizar por semana y ella lo hacía en el tiempo y orden que ella escogiera. El de lenguaje lo completó, el de matemáticas lo dejó a la mitad porque estaba tedioso, como por febrero decidimos cambiar a otro más «relajado y divertido».
Pero, debo ser honesta, después de haber aprendido tanto acerca del aprendizaje, después de haberles dado la libertad, el espacio y el tiempo para que siguieran sus propios intereses, después de comprobar que de una forma más natural sí se aprende, y además, después de cuestionar los objetivos finales y la utilidad de lo que se enseña, me doy cuenta de que:
Ella no necesitaba esos programas, los hacía porque yo se lo solicitaba, no porque tuviera interés en lo que estos libros de trabajo enseñan o porque ella tuviera una necesidad real de aprender estas cosas (por lo menos no todavía); aprendió a multiplicar y a dividir fracciones, pero ¿es realmente necesario en su vida actual o futura?
Lo más seguro es que se le olvide en unos meses y que no lo utilice en su vida adulta, como nos pasó a todos nosotros con las cosas que nos «enseñaron» en la escuela.
Una parte de mí no quiere zarpar, se quiere quedar en la base segura, el camino conocido, y eso hace que quiera tener más control sobre lo que están aprendiendo; pero la interferencia de mi parte con estos programas solo hizo que ella pensara que aprender algo de esto es aburrido, tedioso y laborioso (¡Bravo, mamá!).
Mi niña aprende no hay duda, todos los días hace cosas, descubre cosas diferentes y se sumerge en sus libros, ha aprendido a utilizar el internet como herramienta de investigación pero confía más en los libros, siempre la verán con uno en mano. No sigue programas de televisión, no juega con tableta, play station o juegos de ese tipo, no es que no los conozca, simplemente no le interesan.
Sus intereses han variado, aunque sigue atraída por temas ecológicos, un estilo de vida más sustentable y natural (este año planeo un pequeño jardín que quiere sembrar en el futuro con hierbas y plantas comestibles), ahora también se dedica a ver shows coreanos por internet, le gusta la música pop coreana y quiso aprender el idioma.
Los libros y el mundo de Harry Potter crearon magia y absorbieron mucho de su tiempo, leyó toda la serie completa dos veces, con todos los libros extras y películas, se aprendió hasta los encantamientos en latín.
Los libros de Una Serie de Eventos Desafortunados y las series de Nancy Drew, también se quedaron con ella mucho tiempo.
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Seguimos también con los programas de Farm School y Girl Scouts, además de salir mucho a visitar parques, museos, refugios para animales, jardines botánicos, etc.
(Nuestras experiencias en Farm School, aquí).
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Este fue mi cuarto año, ya nos conocemos, sabemos que estamos en un viaje de exploración, tenemos nuestra dinámica familiar muy relajada y disfrutamos toda esta aventura.
Como ven, se podría decir que dejamos de ser unschoolers y que empezamos a hacer un homeschooling muy relajado y flexible. Pero ¿para qué tratar de definir lo que somos?
Una de las cualidades del homeschooling es que se puede adaptar a las necesidades de la familia y de cada niño. Es una experiencia de aprendizaje diferente para cada miembro de la familia.
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Como simple aclaración, quiero recordarles que este es mi aprendizaje, mi búsqueda, mi viaje; no es mi intención decir qué se tiene que hacer o cómo se tiene que hacer; no estoy en contra de otras formas en la que los papás enseñan a sus hijos, estas son simplemente mis vivencias. No es mi propósito declarar que una forma es mejor que otra.
Cada familia es diferente, cada niño es diferente, cada desarrollo es diferente. No hay nada escrito. Lo que decidas hacer y como lo decidas hacer, será lo correcto para tu familia.
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CUARTO AÑO: MIS MATERIALES
PARA LA MAYOR:
LENGUAJE:
Michael Clay Thompson Language arts, Level 1.
Teaching Writing: Structure and Style, Level A.
MATEMÁTICAS:
Life of Fred, elementary series.
Los libros de Life of Fred se pueden encontrar en varias páginas, este es el link a la página oficial.
PARA LA MENOR:
LENGUAJE:
Handwriting without tears, kindergarten, Letters and Numbers for me.
Reader Rabbit Learn to Read With Phonics (Preschool & Kindergarten)
MATEMÁTICAS:
Math Missions: The Race to Spectacle City Arcade (Grades K-2)
🙂
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deisy mendoza says
te felicito gracias por compartir. mi historia hasta ahora comienza…
Alejandra says
¡Gracias a ti!
Frances says
Saludos!
Me encanta todo lo que compartes. Mi historia apenas también da comienzo y estoy muy emocionada.
Gracias.
Alejandra says
¡Que bien! Bienvenida a la aventura! 🙂 Ánimo y Saludos.